Comer liberar hormonas «de la felicidad», conocidas como endorfinas.
Investigadores finlandeses, dirigidos por Lauri Nummenmaa del Centro PET de Turku, encontraron que la regulación de estos opiáceos que se generan de forma natural en nuestro cuerpo y que producen sensación de placer, podría ayudar a nuestro organismo a saber cuando esta satisfecho.
Por otra parte, el hecho de comer en exceso asociado con la estimulación excesiva de este sistema podría contribuir a la obesidad.
Para el estudio, los investigadores, escanearon el cerebro de 10 voluntarios mediante Tomografía por emisión de positrones (PET).
Mediante el uso del PET, los científicos midieron la radioactividad en los cerebros después de terminar el desayuno y comer una pizza. Repitieron los escáneres después de que los voluntarios consumieran una comida liquida con muy buen sabor y que contenía las mismas calorías que la pizza.
Los investigadores encontraron que ambas comidas liberaron una cantidad significativa de opiáceos endógenos en el cerebro. Pero solo la pizza llevó a un notable aumento de los sentimientos agradables.
La bebida nutritiva hizo que el cerebro liberara más endorfinas. Pero no produjo sensación de disfrute. Lo que sugiere que la liberación de opiáceos asociada con comer es independiente del placer asociado con comer.
Los autores del estudio concluyeron que los hallazgos podrían ayudar a los científicos a comprender mejor los trastornos de la adicción y de la alimentación, y finalmente crear nuevos tratamientos para la obesidad.
El estudio pertenece a una edición reciente de la revista The Journal of Neuroscience.
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