La Tomografía por Emisión de Positrones (PET-TAC) es una avanzada técnica de diagnóstico por imagen que aporta una valiosa información en el campo de la oncología.
La tomografía por emisión de positrones, más conocida como PET, es una técnica no invasiva de diagnóstico e investigación ¨in vivo¨ por imagen capaz de medir la actividad metabólica del cuerpo humano. Al igual que el resto de técnicas diagnósticas de Medicina Nuclear el PET se basa en detectar y analizar la distribución tridimensional que adopta en el interior del cuerpo un radiofármaco de vida media ultracorta administrado a través de una inyección intravenosa.
El PET-TAC, es una mezcla que combina la tomografía axial computarizada (TAC), con la imagen metabólica o funcional (PET). Su objetivo es observar las áreas con captación aumentada que pudieran sugerir la presencia de enfermedad neoplásica o tumores en actividad.
El PET nos permite estimar los focos de crecimiento celular anormal en todo el organismo, en un solo estudio, por ser un estudio de cuerpo entero, por lo tanto nos permitirá conocer la extensión. Pero además sirve, entre otras cosas, para evaluar en estudios de control la respuesta al tratamiento, al comparar el comportamiento del metabolismo en las zonas de interés entre los dos estudios.
Se trata de un estudio relativamente sencillo, el paciente recibe una dosis de un radiofármaco a través de una inyección endovenosa, cuya dosis es calculada dependiendo del peso y la edad del paciente. Al de una hora, aproximadamente, pasa a la máquina por unos 30 minutos, de la que se obtienen imágenes que son reconstruidas y analizadas por el médico.
Además de la oncología, donde la PET se ha implantado con mucha fuerza como técnica diagnóstica, desplazando al TAC como primera opción diagnóstica en algunas indicaciones, otras áreas que se benefician de este tipo de exploraciones son la neurología y la cardiología. También tiene un gran papel en estudios de experimentación clínica.