Ya está aquí la alergia primaveral
Ha costado pero ha llegado. Tras unas intensas lluvias y tiempo inestable, parece ser que la estación más floral del año se ha instalado definitivamente, y con ello la temida alergia primaveral; asociada a los ciclos de polinización, comienza a dar problemas sobre todo en el centro y sureste peninsular.
«La del 2018 sera moderada, mientras que la del 2016 fue intesa», afirma Angel Moral, alergólogo y presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). Esto es debido a que «las elevadas temperaturas del año pasado en los meses de primavera secaron las gramíneas, lo que ocasionó un descenso de sus pólenes», pero el frío de los primeros meses del año ha favorecido al «enraizamiento de las gramíneas salvajes, desarrollando raíces más profundas que ocasionarán un crecimiento más vigoroso, y por tanto, más polenes de gramíneas».
El España, el 33% de la población sufre de alguna alergia. Este dato supone el doble de afectados que hace 10 años. En lo que respecta a la alergia primaveral del polen, ya la padecen 8 millones de españoles, mientras a las gramíneas «ha pasado del 35% al 74% el porcentaje de pacientes que las padecen. También ha aumentado notablemente la cantidad de afectados por la arizónica, el plátano de sombra, la salsola y el olivo.
La polinización de las gramíneas «va a depender de las temperaturas que se produzcan durante lo que queda de este mes de abril, empezando en el sur peninsular y desplazándose hacia el norte durante el mes de mayo». Este retraso en las fechas, ha sido provocado por el cambio climático: «Los almendros este año han florecido a primeros de marzo cuando lo habitual es que empiecen a hacerlos a finales de enero y, por ello, los alérgicos a los cipreses y arizónicas han presentado pocos síntomas este invierno», comenta el alergólogo.
La inmunoterapia o vacunación antialérgica tiene que ser vista como una herramienta terapéutica de primer orden por los médicos, ya que «proporciona una disminución significativa de los costes totales inducidos por la enfermedad alérgica respiratoria. Es el único tratamiento que puede modificar la evolución natural de la patología».
Desde la Seaic aconsejan el uso de gafas y mascarillas homologadas, filtros antipolen en el coche, purificadores de aire, así como APPs para controlar los niveles de polen.
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