Planificación de la radioterapia externa en el cáncer de mama
Planificación de la radioterapia externa en el cáncer de mama
La radioterapia se utiliza para destruir las células tumorales a través de radiaciones ionizantes, utilizando rayos X de alta energía.
El tratamiento de radioterapia se realiza siempre tras la cirugía conservadora y, en algunas ocasiones, tras la mastectomía para eliminar de la zona las posibles células tumorales que hayan podido quedar, causando el menor daño posible a los tejidos sanos circundantes. Si tras la cirugía es necesario realizar un tratamiento de quimioterapia, la radioterapia se administrará al finalizar dicho tratamiento.
En el cáncer de mama se utiliza tanto la radioterapia externa como la interna, aunque la más frecuente es la primera de ellas, la radioterapia externa.
Planificación del tratamiento con radioterapia externa
En el tratamiento con radioterapia externa la fuente de radiación se encuentra fuera del organismo de la paciente.
Antes de empezar con el tratamiento es necesario elaborar una planificación del mismo para poder determinar una serie de parámetros que varían según el tipo de tumor, su extensión y localización, y según las características corporales de cada paciente.
En el cáncer de mama se irradia la mama tras la cirugía conservadora y en determinados casos la pared torácica después de realizar una mastectomía. Si la axila tiene ganglios positivos también se irradiará la axila y la fosa supraclavicular.
Para poder preparar el tratamiento de radioterapia y conocer de manera exacta y precisa la dosis de radiación que van a recibir los órganos sanos que están alrededor del tumor, así como el volumen a irradiar, es necesario realizar una Tomografía Axial Computarizada (TAC) o escáner. Las imágenes obtenidas constituyen la base de la planificación de los tratamientos de radioterapia externa.
Durante la planificación del tratamiento se recrean las condiciones en las que se va a realizar, estableciendo la postura más adecuada y el volumen de la zona a tratar.
Una vez realizada la planificación, se debe repetir exactamente igual todos los días. Para ello, se realizan tatuajes o marcas en la piel del tórax con tinta que ayudan al personal de radioterapia a situar con mayor precisión el área donde se tiene que administrar el tratamiento.
No se puede administrar toda la dosis de radiación en una única sesión porque se producirían daños muy graves en los tejidos circundantes. Para evitar estos daños y permitir que los tejidos sanos se reparen, la dosis total de radiación se divide, repartiéndose en un número determinado de sesiones y días.
El fraccionamiento estándar consiste en administrar una sesión al día durante cinco días a la semana descansando dos, normalmente los sábados y los domingos.
El tratamiento de radioterapia para el cáncer de mama suele durar entre tres y siete semanas, dependiendo de la dosis que se administre y del número total de sesiones. Para llevar a cabo el tratamiento no es necesario que la paciente esté ingresada, sino que puede volver a casa al finalizar cada una de las sesiones.
Diariamente, cada sesión dura sólo unos minutos (quince aproximadamente). El tiempo real de irradiación dura unos segundos.
La radioterapia puede causar efectos secundarios como cansancio, alteraciones en la piel donde se aplica el tratamiento similares a las de una quemadura solar, caída del pelo exclusivamente en la zona radiada, pinchazos o inflamación en la mama que desaparecen un tiempo después de finalizar el tratamiento entre otros.
Grupo Scanner Vizcaya presta servicio de Tomografía Axial Computarizada en los siguientes centros:
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