PET,TAC Y Resonancia Magnética, así funcionan las maquinas que dejan ver cualquier rincón del cerebro
El cuerpo humano es una máquina asombrosa que realiza innumerables procesos cada segundo, permitiéndonos adaptarnos al entorno y mantener una vida saludable. Sin embargo, como ocurre con cualquier máquina, nuestro cuerpo puede experimentar fallas. La mayoría de estas fallas son causadas por factores externos, algunos controlables y otros no. Es en estos momentos cuando entran en juego tecnologías como la Resonancia Magnética (RM), la Tomografía Computarizada (TAC) y la Tomografía por Emisión de Positrones (PET).
La TAC es uno de los instrumentos más conocidos y utilizados para examinar el cerebro. Consiste en un estudio radiológico especializado que proporciona imágenes horizontales del cerebro, conocidas como imágenes axiales en el ámbito clínico. Esta máquina está compuesta por un tubo grande lleno de sensores de rayos X que gira alrededor de la cabeza del paciente, lo que permite obtener imágenes de los tejidos cerebrales. Al final del proceso, un ordenador recopila todos los datos para crear una imagen que puede ser analizada por un experto. Esta imagen permite identificar posibles trombos y prevenir así posibles infartos cerebrales. Además, después de una lesión, los médicos pueden detectar la presencia y la extensión de hemorragias.
La Resonancia Magnética es otra tecnología ampliamente utilizada, similar a la TAC en cuanto a su estructura, pero en este caso el paciente es introducido completamente en el equipo, no solo la cabeza. Una de las diferencias clave con la TAC es que la RM permite obtener imágenes en cualquier dirección del espacio, lo que proporciona una visión tridimensional del cerebro. Esto es posible gracias a la utilización de potentes imanes y no implica el uso de radiación ionizante, lo que hace que el proceso sea seguro para el cuerpo. La sensibilidad de la RM al movimiento de los líquidos permite estudiar directamente los procesos metabólicos, como las descargas químicas y los desequilibrios, lo que facilita la localización de posibles anomalías.
Por su parte, la Tomografía por Emisión de Positrones (PET) utiliza una sustancia radiactiva como marcador, que se introduce en la sangre del paciente. Aunque pueda parecer peligroso, la radiactividad de esta sustancia es totalmente inofensiva para el ser humano. Después de aproximadamente una hora, el organismo asimila el marcador y el paciente vuelve a acostarse en un tubo especial. El marcador se detecta en la sangre que circula por el cerebro, lo que permite generar una imagen tridimensional. Gracias a la PET, los médicos pueden identificar anomalías cerebrales, como tumores, y evaluar posibles disfunciones cerebrales.
En Grupo Scanner Vizcaya, ponemos a tu disposición estas tres tecnologías porque sabemos lo importante que es mantener nuestro cuerpo en óptimas condiciones y permitir que nuestra «máquina» funcione adecuadamente, disfrutando plenamente de la vida.
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