Nuevos avances ante los tumores cerebrales
El crecimiento descontrolado de células anormales en los tejidos del cerebro se conoce como tumor cerebral, así como a las células tumorales de otras zonas del organismo que se ha expandido (metástasis).
Para diagnosticarlo se realizan pruebas de imagen como la Tomografía Computerizada (TAC) o Resonancia Magnética (RM). Estas pruebas son capaces de determinar el tamaño y localización del tumor e incluso pueden dar información sobre su naturaleza.
El tratamiento adecuado para los tumores cerebrales depende del tipo y tamaño del tumor y de su ubicación. Es necesario tener en cuenta también la salud general del enfermo y sus preferencias entre las diversas opciones, como puede ser la neurocirugía, con la que se puede extraer el tumor cuando éste se encuentra en un lugar que permita realizar cirugía.
Para poder obtener un diagnóstico definitivo la cirugía es una opción muy adecuada, a través de la extracción de una pequeña muestra del tumor que permita realizar una biopsia para determinar si se trata de un tumor benigno (suele crecer lentamente, en la base del cráneo o en sus laterales generalmente y es curable, consiguiendo resecarlo quirúrgicamente), o maligno (crece rápidamente, es frecuente que se desarrolle en el interior del cerebro y para su curación no basta con neurocirugía porque vuelve a reproducirse).
En ambos casos (tumores malignos y benignos), la neurocirugía supone una técnica muy relevante para su tratamiento. Una especialidad que ha avanzado enormemente en los últimos años, con nuevas técnicas cada vez menos agresivas y mínimamente invasivas.
Cuando el tumor es pequeño y fácil de separar del tejido cerebral que se encuentra a su alrededor, el tumor se puede extraer completamente utilizando cirugía. Cuando no es posible separarlo del tejido que lo rodea o se ubica cerca de zonas del cerebro de gran sensibilidad, se suele extraer la mayor cantidad posible del tumor sin que afecte a funciones importantes del enfermo. Sólo con la extirpación de parte de un tumor se pueden reducir los signos y síntomas.
Los mayores cambios que se han llevado a cabo en estos últimos años han sido en las fórmulas utilizadas para este tipo de intervenciones, que se benefician enormemente de la aparición de la microcirugía y la cirugía endoscópica, reduciendo el riesgo y la agresividad de la operación. Con estas técnicas se pueden extraer tumores con incisiones mínimas, incluso para tumores benignos en la base del cráneo, se puede realizar la cirugía a través de la nariz.
La monitorización de la función de los nervios o del cerebro y el uso de imágenes intraoperatorias permiten verificar durante la cirugía si existen restos tumorales, así como localizar con mayor exactitud las zonas sensibles para evitar cualquier tipo de problema en áreas cerebrales importantes. A ello también ayuda el diagnóstico por imagen previo a la cirugía, que permite (con anterioridad) determinar una especie de mapa cerebral del enfermo para que la intervención sea, incluso, más segura.
La fluorescencia permite diferenciar el tejido cerebral normal del tumoral para que la resección del mismo sea lo más completa posible.
Por último decir que las nuevas técnicas de monitorización del cerebro permiten en algunos pacientes realizar la extirpación del tumor estando el enfermo consciente. Esta técnica permite resecar la lesión mientras se le pide al paciente que realice diferentes tareas como hablar, mover los brazos o piernas… pudiendo detener la cirugía en el momento en que el enfermo sufre algún cambio. De esta manera se puede resecar la mayor cantidad de tumor posible sin afectar a las estructuras sanas.
Estos avances han permitido que el porcentaje de curación sea cada vez mayor, sobre todo en el caso de los tumores benignos ya que en los malignos hay más factores a tener en cuenta y es necesario en muchas ocasiones complementar la cirugía con tratamientos posteriores, como radioterapia y quimioterapia.
Otra ventaja que ofrecen estas nuevas técnicas mínimamente invasivas es que el paciente puede recuperarse más rápido y de manera menos traumática.
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