Los microplásticos en la salud humana
Cada vez hay se sabe más sobre la exposición a microplásticos a la que el ser humano esta expuesto. Lo que no se conoce es el impacto que puedan ejercen sobre nuestra salud.
Philipp Schwabl, un hepatólogo en la Universidad de Viena (Austria), realizo el pasado año un pequeño experimento que acabo siendo tremendamente revelador. Reclutó a ocho personas de diferentes paises, y les pidió que, en el trancurso de 7 días, describieran el origen y el almacenamiento de su dieta habitual. Más tarde, analizo muestras de sus heces.
Si bien los patrones alimenticios eran muy distintos entre sí, tenían algo en común: una gran presencia de microplásticos.
«Es el primer estudio de este tipo y confirma lo que sospechábamos desde hace tiempo, que los plásticos acaban llegando al intestino», señaló en un comunicado el hepatólogo austriaco. «Es necesario investigar lo que esto implica para la salud humana», añadió el científico, muy preocupado por las dimensiones que pueda alcanzar el problema.
«Es complicado estudiar el impacto de los microplásticos sobre la salud humana porque, en primer lugar, no hay una definición exacta de qué es un microplástico o qué son los residuos plásticos», señala la investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona, Léa Maitre. «Pueden tener propiedades muy diferentes entre sí, se presentan en todo tipo de formas, orígenes, tipo de polímeros…», .
Pocos datos sobre la posible toxicidad
En 2016, la EFSA, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, empezó a preocuparse sobre los microplásticos y nanoplásticos, considerandolos de gran riesgo potencial para la humanidad . Pero el analisis, tal y como explica Beatriz Robles, experta en Tecnología de los Alimentos, se encontro con varios problemas: «Aparte de que no hay una definición estándar de microplásticos, la mayor parte de los datos disponibles se refieren a la exposición a partir de productos de la pesca y de alimentos como la miel, la sal o la cerveza, pese a que puede haber otros. Además, hay pocos datos sobre su posible toxicidad, su absorción intestinal, sus efectos sobre la microbiota, etc.».
A principios de este año, la Agencia Europea de Sustancias Químicas propuso limitar el uso de microplásticos en artículos como detergentes, cosméticos o productos agrícolas. Aunque el informe indicaba que los posibles efectos de estos materiales sobre la salud humana todavía no se conocen con exactitud, añadía que, con la información de que se dispone, lo más seguro es controlar y disminuis al máximo la cantidad de partículas de plástico que, fragmentadas, entran en contacto con el organismo.
«Son sustancias que pueden perturbar el sistema endocrino, en particular cuando la exposición tiene lugar durante el periodo de crecimiento y de alta vulnerabilidad como ocurre durante el embarazo», indical la investigadora Maitre, señalando que varios de estos materiales, como bisfenoles y ftalatos, han sido descritos en diversos estudios como disruptores hormonales.
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