Demuestran mediante resonancia magnética que el consumo de marihuana produce importantes daños cerebrales
Dos estudios revelan mediante resonancia magnética que el consumo habitual de marihuana produce importantes daños en el cerebro. El consumo ocasional daña la estructura del cerebro y el consumo habitual antes de los 16 años es peligroso por una mayor dificultad en las tareas que requieren juicio y función inhibitoria. La comunidad científica estudia si estos efectos pueden ser reversibles, pero aun no hay suficientes datos al respecto.
El primero de estos estudios está dirigido por la Dra. Jodi Gilman, investigadora en el Centro General de Medicina para las Adicciones de Massachusetts, publicándose en marzo 2014 por la revista neurocientífica “The Journal of Neuroscience”. Este estudio demostró que el consumo ocasional y recreacional de marihuana altera las neuronas de las zonas cerebrales de adicción. El consumo recreacional de la marihuana (de uno a dos cigarrillos por semana) produce efectos notorios en el cerebro, que van acrecentándose cuando se aumenta el consumo.
La marihuana es la droga ilegal más consumida pero poco se sabía sobre sus efectos en el cerebro humano, en particular en las áreas implicadas en la adicción, como el “núcleo accumbens” y “la amígdala”, explicó la Dra. Gilman. El estudio concluye afirmando que la exposición a la marihuana se relaciona con alteraciones en estas regiones y “es consistente con los estudios en animales correspondiente a los cambios en la arborización dendrítica”.
La Dra. Gilman afirmó que investigaciones anteriores demostraron que la marihuana genera cambios estructurales en el cerebro de los animales, especialmente en el “núcleo accumbens”. Con este estudio, se ha podido comprobar que estos cambios estructurales se producen también cerebro humano.
Los científicos recogieron imágenes realizadas a través de Resonancia Magnética de alta resolución de adultos jóvenes consumidores de marihuana recreativa y de un grupo de control que no consumía marihuana en absoluto.
Se llevaron a cabo tres análisis independientes de la morfometría en estas estructuras: la densidad de la materia gris utilizando morfometría, el volumen (cerebro total y volúmenes regionales) y de la forma (morfometría superficie).
El análisis mostró una “mayor densidad de la materia gris en los consumidores de marihuana, en el núcleo accumbens izquierdo extendiéndose hasta la corteza subcallosal, el hipotálamo, la amígdala extendida sublenticular, y la amígdala izquierda, incluso después de controlar por edad, sexo, consumo de alcohol y el tabaquismo”.
También se pudo observar una tendencia a un crecimiento de volumen y una diferencia significativa en la forma del núcleo accumbens izquierdo, además de cambios de forma de la amígdala derecha. “El núcleo accumbens izquierdo mostró alteraciones sobresalientes en las tres medidas y una relación multimodal alterada entre las personas consumidoras de la marihuana”, detalló el informe.
El segundo estudio, esta vez del Instituto de Investigaciones Murdoch de Australia, demostró en 2012 que el consumo a largo plazo de marihuana produce variaciones notables y daños cerebrales en la zona correspondiente a las funciones de memoria y aprendizaje, especialmente en consumidores que comienzan a fumar marihuana a una edad temprana.
Los resultados sugieren que a largo plazo el consumo de cannabis es perjudicial para la materia blanca del cerebro en desarrollo,
Señalando también que hay momentos de la vida de las personas que son más críticos para el desarrollo cerebral y en esas edades el cerebro es más vulnerable al daño que causa el cannabis.
La Dra. Staci Gruber, directora de Cognitive and Clinical Neuroimaging Core en el Hospital McLean en Boston y profesora de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, hizo pública su preocupación por los resultados del estudio de la Dra. Gilman.
“Estos resultados confirman lo que otros han informado con respecto a cambios en la estructura cerebral”, dijo. “Cuando analizamos los descubrimientos del estudio de Gilman con nuestro estudio y con otras investigaciones sobre el consumo de marihuana, es evidente que se necesita investigar más, sobre todo en el caso de personas que están entrando en la edad adulta, ya que la exposición durante el período de vulnerabilidad en el desarrollo podría llevar a cambios neurofisiológicos que pueden tener implicaciones a largo plazo”, afirmó la Dra. Gruber.
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