Efectos del confinamiento: depresión, estrés, insomnio o ansiedad
Depresión, estrés, insomnio o ansiedad pueden llegar a ser las consecuencias psicológicas del confinamiento, debido al estado de alarma por la pandemia del coronavirus. Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad Complutense de Madrid durante la semana del 15 al 22 de marzo entre 2.000 personas, ya arroja resultados psicológicos sobre el encierro.
Los resultados preliminares del estudio muestran un “elevado porcentaje” de personas que sufren reacciones de ansiedad o angustia y, con menos frecuencia, problemas para dormir o síntomas depresivos.
Sanitarios, población en riesgo
Los primeros resultados se han obtenido a partir de la primera semana de confinamiento en casa, del 15 al 22 de marzo, y continuarán observando el estado de salud mental de la población española. Rodríguez ha apuntado que uno de los grupos de “riesgo tradicional” serán los sanitarios que probablemente muestren las “consecuencias psicológicas” ‘a posteriori’ ya que en estos momentos están “dedicados 100% a su trabajo y no están recibiendo el golpe psicológico”. Las personas de avanzada y los niños son otro de los sectores que pueden vivir situaciones “muy criticas” durante el confinamiento.
Para reducir los efectos negativos, Rodríguez ha recalcado que el confinamiento “es físico pero no tiene que ser también mental” y recomienda que se aprovechen las tecnologías para seguir “manteniendo los lazos sociales y estar abiertos hacia el exterior”.
Pasos necesarios para superar la ansiedad
· Reinterpretar el problema
La ansiedad lo que hace es que la persona anticipe unas consecuencias muy negativas por si acaso se producen. Cano aconseja “interpretar la amenaza de forma menos grave, ser realistas y no magnificar.
· Desviar la atención del problema
Cuando hay ansiedad la atención está continuamente enfocada al problema, no dejamos de pensar en lo que nos preocupa. La persona ha de aprender a relajarse, a no centrar su atención todo el rato en el problema. Estar en alerta, pero también descansar y guardar recursos cuando no se puede hacer nada.
Para lograrlo hay que:
– Obligarse a pensar en otra cosa.
– Obligar a hacer algo diferente para distraerse.
· Ver los problemas como un desafío, no como una amenaza
La interpretación de las dificultades como un desafío, en vez de como como una amenaza. Esto permite afrontar la situación con motivación, dejando de lado la preocupación.
· Técnicas de relajación
También ayudan las técnicas de relajación (muscular progresiva, respiración, imaginación, entre otros). Con ellas se reduce la activación fisiológica, se sueltan los músculos, etc. Cuando se entrenan estas habilidades, los problemas empiezan a resolverse.
· Qué hacer ante un ataque de ansiedad o pánico
Cuando una persona sufre un ataque de pánico, la ansiedad se descontrola, pierde el control y se asusta ante ese descontrol. la tasa cardiaca aumenta, se dificulta la respiración, hay hiperventilación, con aumento de la temperatura y temblor.
El sistema nervioso autónomo se dispara y hay que tranquilizarle transmitiendo la sensación de que no hay peligro, que no hay una situación extrema y que lo que sucede no es grave. Al cambiar el foco de la atención y la importancia que le damos a los síntomas del ataque de pánico, estos disminuyen.
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