Las consecuencias del teletrabajo y cómo evitarlas
Aunque parezca raro el teletrabajo o mejor dicho: el trabajo que una persona realiza para una empresa desde un lugar alejado de la sede de esta (habitualmente su propio domicilio), por medio de un sistema de telecomunicación. Ya existía mucho antes del confinamiento, pero es desde hace poco más de un año que ha resultado ser la mejor forma de trabajar durante la pandemia para guardar las medidas de restricción y movilidad.
De hecho una vez se estabilice el tema de la Covid-19, se cree que esta forma de trabajar se mantenga gracias a las diferentes ventajas que tiene tanto para los trabajadores como para las empresas.
No obstante el teletrabajo si no tomamos ciertas medidas puede ser negativo para nuestra salud y es que el nivel de actividad diaria también puede influir sobre la salud y la calidad de vida.
La inactividad física tiene grandes implicaciones en la salud y en la presencia de enfermedades no transmisibles, como subrayó en 2010 la Organización Mundial de la Salud, por lo que es importante que seamos conscientes de su aumento debido al teletrabajo.
Telebrabajar y mantener una buena salud
La primera consecuencia del teletrabajo es el desequilibrio energético positivo:
- El positivo ocurre cuando la ingesta es mayor que el gasto de energía y el resultado es ganancia en peso corporal.
- El balance energético negativo implica un ingreso energético menor que el gasto y se refleja en la pérdida del peso corporal.
El cuerpo humano está hecho para moverse. Y pasar la mayor parte del día sentado o tumbado es algo que le pasa una cara factura en nuestra salud.
Según la OMS, más de 5 millones de muertes al año podrían evitarse si la población mundial fuera más activa
Para evitarlo lo más recomendable es que las personas trabajadoras reduzcan el tiempo sentadas, tanto en la jornada laboral como fuera de esta: aprovechar las llamadas de teléfono para caminar, por ejemplo, o realizar recados andando o en bicicleta, lo que podría tener además un impacto positivo en la economía familiar y en el medioambiente.
Deja un comentario →
