Impresiones 3D para planificar las intervenciones quirúrgicas
En un mundo donde la tecnología y la medicina están entrelazadas cada vez más estrechamente, una nueva innovación está cambiando el juego en la atención médica, específicamente en el campo de la cirugía maxilofacial y craneofacial.
La revolución ha llegado gracias a la impresión 3D. Un grupo de médicos e investigadores de una prestigiosa universidad y un hospital de niños en Costa Rica están incorporando esta tecnología en su práctica diaria. Los beneficios son numerosos y significativos.
El proceso comienza con una tomografía axial computarizada (TAC), que toma imágenes detalladas de áreas específicas del cuerpo. Estas imágenes luego se alimentan en un software especializado que construye una representación tridimensional del área en cuestión. La impresión 3D toma esta información y crea una réplica precisa de la estructura, brindando a los médicos una visión tangible y tridimensional de lo que van a operar.
¿Por qué es esto una ventaja?
Las réplicas impresas en 3D permiten a los médicos planificar las cirugías con anticipación, practicar la intervención, y obtener una mayor certeza durante la operación misma. Esto es especialmente útil en cirugías complejas, donde cada milímetro cuenta.
Además de mejorar la precisión, la impresión 3D puede reducir significativamente los costos de atención médica. Los procedimientos pueden realizarse más rápidamente, lo que significa menos tiempo en el quirófano, reduciendo los costos asociados y potencialmente permitiendo una recuperación más rápida para el paciente.
La evidencia del poder de esta tecnología ya está aquí. Se ha utilizado con éxito en el caso de una niña que sufrió un accidente grave, resultando en múltiples fracturas. Gracias a una réplica impresa en 3D de las estructuras óseas de la niña, los médicos pudieron realizar con éxito una cirugía para reparar una fractura en un hueso pequeño que sostiene el ojo, una tarea que anteriormente habría sido extremadamente difícil.
Es importante destacar que esta técnica no es adecuada para todos los pacientes, ya que no todos necesitan la radiación asociada a una TAC. Sin embargo, para aquellos que lo requieran, la impresión 3D es un aliado poderoso, aportando mayor precisión, eficiencia y potencialmente mejores resultados para los pacientes.
A medida que la tecnología de impresión 3D continúa avanzando y se vuelve más accesible, es probable que veamos su uso aumentar en diversas áreas de la medicina, demostrando una vez más cómo la innovación tecnológica puede ser una fuerza poderosa para mejorar la atención médica.
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